GastroQuímia: El Fuego, el principio de todo



Estamos apunto de sumergirnos en una serie de artículos de GastroQuímia en los que de forma sencilla hablaremos de aspectos tan cotidianos como cocinar, pero desde un punto de vista diferente. 


Sabemos que la olla se calienta al ponerla en el fuego, pero….¿te has preguntado alguna vez por qué se calienta? ¿Por qué el pan sale calentito y crujiente de tu tostadora?  

Empecemos por el principio hablando del Fuego:
Diversas doctrinas de la antigüedad basaban sus explicaciones sobre la Naturaleza  en diferentes elementos naturales, uno de ellos es el Fuego.

En la antigua Grecia Aristóteles incluyó en su propia teoría 4 elementos imprescindibles a través de los cuales explicar todos los fenómenos que se desarrollaban ya no solo en la Tierra, si no también en el Universo. Fuego, Tierra, Agua y Aire eran considerados elementos a través de los cuales darle un sentido a todo lo que les rodeaba. Una fascinante teoría que aunque pueda parecer muy rudimentaria y parca en explicaciones, constituye una base sólida y esencial para el conocimiento actual del medio natural.


Podríamos seguir hablando sobre el triángulo del fuego o los 5 elementos chinos con sus ciclos de generación y dominación…pero nos desviaríamos demasiado de los que nos incumbe.  Te dejo la duda para que investigues al respecto si te interesa. Lo que está claro es que el fuego siempre ha sido y será clave fundamental para el desarrollo humano (al margen dejo su poder hipnótico que es real y existe).

Tras esta metafísica introducción nos vamos a centrar en tres conceptos principales:


Fuego – Calor – Temperatura

El hombre descubrió el fuego hace unos 800 millones de años, desde entonces muchas cosas han cambiado. El fuego dotó a nuestros hombres primitivos de independencia, protección y calor. Una gran revolución que marcó nuestra historia para siempre. Diferenciemos estos conceptos:


El fuego emite Energía en forma de calor, por eso nos quema.


El calor es una Energía que fluye de un cuerpo frío a uno caliente y viceversa. Este flujo energético continua hasta que las temperaturas de ambos cuerpos se igualan.


La temperatura es la medida de esta Energía. 


Calor y temperatura son conceptos muy parecidos pero con importantes matices.  Como estos conceptos de termodinámica son bastante enrevesados, no vamos a profundizar más en el asunto. No obstante si te interesa seguir investigando y te apasiona la física, lo siguiente sería hablar de gradientes de temperaturas, transferencias de calor entre diferentes cuerpos o del socorrido Principio cero de la Termodinámica  ¡¡Buuuuuu!! (abucheos).



Aunque con un ejemplo cotidiano lo entenderás mejor:


Cuando tenemos fiebre, ¿qué medimos? 
La temperatura corporal de nuestro cuerpo. Correcto.


El proceso de fiebre es un claro ejemplo de cesión calorífica, veamos:


1.- Tienes una infección  a eliminar en tu cuerpo (por ejemplo)


2.- Tu cerebro dice que hay que aumentar la temperatura corporal para facilitar la batalla inmunológica.


3.- Sientes un frío de muerte, tiritas y te acurrucas bajo las mantas. Es debido a que tu cerebro a aumentado tu temperatura de operación a 38-39ºC. Hasta que no llegues a esos valores no vas a dejar de sentir frío ya que te encuentras por debajo de la temperatura óptima en ese momento y en esas condiciones. Tu cerebro así lo estima oportuno.


4.- Tu cuerpo llega a esos 39ºC y te estabilizas, ya no sientes frío. Al margen quedan los dolores musculares y de cabeza que te están matando…pero ya no sientes ni frío ni calor (aunque te arda la frente).


5.- Pasados unos minutos (eternos minutos) empiezas a sudar bajo las 15 mantas que te has echado encima. Pataleas como un animal, te quitas los 4 pares de calcetines que te pusiste y te quedas tumbado sudando y destapado sobre la cama. ¿Que está ocurriendo? Pues que la batalla está terminando, tu cerebro ha decidido que ya no es necesario estar a 39ºC y  ordena a tu cuerpo que comience a ceder calor para volver a los 36ºC normales de operación. Nuestra temperatura corporal disminuirá, estamos transmitiendo calor al ambiente para deshacernos de él y volver a nuestra temperatura normal.

Ahora…apuesto cualquier cosa a que me vas a preguntar…¿y que tiene que ver este rollo febril con la cocina? 


Pues mucho, ya que esta explicación nos da pie a introducir las formas de transmisión de calor en nuestros fogones en el próximo artículo…es decir, veremos el por qué de que se caliente la olla o se tueste el pan en el tostador.

Para finalizar, recordaros que hablábamos del Fuego al principio de este relato. Su descubrimiento marcó nuestra historia para siempre en todos los aspectos de la vida cotidiana de nuestros primitivos antepasados. Hasta su descubrimiento, estos homínidos comían la carne cruda. Y aunque no conocían otra forma de comerla, estoy convencida de que esa carne no hacía grandes favores a sus maltrechos estómagos.


Hasta que, probablemente fruto de la casualidad, la carne cayó sobre el fuego y empezó a asarse. Y ese olor a asado despertó los sentidos de los infelices primitivos que al probar la comida caliente sintieron que sus estómagos se calmaban. Quedaron fascinados y ya jamás volvieron a comer carne cruda. 


Empezaron a cocinar.






Porque la gastronomía es un arte, y la química lo hace posible




Fuentes de ayuda:
– Imagen: Wikipedia

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6 comentarios

  1. Esta entrada muy interesante, a por la segunda….Besss

    1. Gracias esther, a por ella voy!

  2. Me pirran estos artículos… no tanto hablar del triángulo del fuego (creo que lo hago dos o tres veces por semana). Muy interesante

    1. Gracias, me animan mucho tus palabras!

  3. Interesantísimo!! Me he empezado a interesar por lo que pasa en los fogones… ;-))
    Un beso

    1. Me alegra que te interese, poco a poco iremos descubriendo un monton de cosas!

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