Tarta de queso sin horno

¡¡Nuestra primera tarta!!
Y como no podía ser de otra forma hemos atacado a un clásico. La tarta de queso no necesita mucha presentación…

Es cremosa, ligera, tiene una base mantecosa sublime…lleva mermelada y frutas y sabe mucho a queso. 
No nos ha ido mal para ser la primera vez, veamos cómo nos defendimos. Recuerda seguir nuestros consejos para asegurar el resultado. 

INGREDIENTES (para 1 tarta):


– 26 galletas maría
– 85 gr de mantequilla
– 500 gr de queso cremoso (de untar)
– 400 ml de nata para repostería
– 125 gr de azúcar
– 8 hojas de gelatina neutra
– mermelada de frambuesa
– un poco de leche entera
– frutos rojos (frambuesas, arándanos)
– hojas de hierbabuena


ELABORACIÓN:


Vamos a organizarnos. La repostería me parece muy compleja por lo que antes de empezar veamos qué necesitamos y cómo lo necesitamos.

Los utensilios:

Un aro metálico para tartas de 20 cm (sin base, solo el aro) , una base de cartón bonita para presentar la tarta (la nuestra es dorada). En cualquier bazar encuentras estas cosas sin problemas.Además de varillas eléctricas para batir los ingredientes y una picadora de alimentos.


Los ingredientes: 

La nata en la nevera bien fría, la mermelada a temperatura ambiente para poderla untar en la tarta. Las hojas de gelatina las pondremos en un cuenco con agua para que se hidraten. La mantequilla también a temperatura ambiente.
Recuerda además tener todos los ingredientes pesados y medidos antes de comenzar.
Empecemos: Comenzaremos realizando la base de la tarta. Para ello moleremos las galletas maría. En una picadora convencional quedan genial, a nosotros nos gusta bien picado, casi hecho polvo, así la base queda más agradable en boca una vez hecha la tarta. 


Seguidamente meteremos la mantequilla unos segundos en el microondas para terminar de derretirla y la mezclaremos en un cuenco amplio con las galletas trituradas. Mézclalo todo bien hasta conseguir una pasta homogénea. Nosotros te recomendamos terminar con las manos para homogeneizar bien toda la mezcla.

Pon el aro sobre el cartón base de la tarta y echa la mezcla de galletas y mantequilla. Presiona con ayuda de una cuchara hasta conseguir extenderla de forma uniforme por la base (procura que el espesor sea igual en toda la extensión). Deja reposar en la nevera mientras preparamos la  crema de queso.
*Os adelanto un truco: Al ser una tarta sin horno vamos a  tener que dejarla reposar durante varias horas en la nevera. En la segunda imagen de arriba podéis ver que la tarta esté metida en un molde desmontable de bizcocho más grande que la misma tarta (26 cm).
De esta forma, podemos manipular la tarta de forma cómoda; además podemos cubrirla con papel film de cocina sin riesgo a estropearla.


Primero pon las hojas de gelatina en un cuenco con agua y déjalas hidratar durante unos 15 minutos. Ahora vayamos en el queso, introdúcelo en un recipiente amplio y mézclalo con el azúcar con ayuda de unas varillas eléctricas. 

Por otro lado, monta la nata hasta conseguir una consistencia  muy cremosa y consistente.

Una vez montada la nata y mezclado el queso con el azúcar, uniremos ambas elaboraciones poco a poco. Recuerda añadir la nata sobre el queso en pequeñas cantidades, y mézclalo delicadamente con movimientos envolventes.

Ahora llega un punto crítico, debes trabajar rápido. Escurre bien las hojas de gelatina hidratadas y mételas en otro cuenco con un poco de leche. Caliéntalo en el microondas durante unos segundos de forma que la gelatina se derrita.

Echa esta mezcla en un cuenco grande y añade la mitad de la base de queso. Remueve rápido con una lengua de silicona. Así evitaremos que se nos formen grumos. Termina añadiendo la otra mitad de crema de queso y mézclalo todo.

Vierte este crema sobre la base de galletas e iguala la superficie con ayuda de una cuchada sopera. Ya sólo nos quedará dejar reposar todo el conjunto en la nevera durante unas 6 horas (si puede ser toda la noche mejor).

Transcurrido este tiempo, con ayuda de un cuchillo largo y estrecho despega la tarta del aro (el cuchillo siempre pagado al aro). Extrae con cuidado dicho aro. 

¡¡Ha quedado genial!! No obstante vamos a perfeccionarla por los bordes con ayuda de una paleta.

Finalmente unas horas antes de consumir, vierte la mermelada en un cuenco y bátela un poco con una varilla manual. Así le damos un poco de calor y la mermelada se vuelve untuosa. Puedes utilizar cualquier mermelada roja. Te recomendamos nuestra mermelada de fresas por ejemplo. Corona la tarta con frutos rojos y hojas de menta. Da el toque final con azúcar glass espolvoreada por encima. Déjala reposar  frío hasta el momento de llevar a la mesa.



Trucos y consejos:



– ¿No tienes picadora para triturar las galletas? Mete las galletas en una bolsa resistente y tritúralas dentro pasándole un rodillo por encima. ¿No tienes rodillo? Utiliza una botella.

– Para montar la nata recuerda utilizarla muy fría y con las varillas eléctricas muy limpias y secas.

– ¿Por qué vertemos la nata sobre el queso y no al revés?  Por un lado la mezcla de queso y azúcar es pastosa y pesada en comparación con la  nata que es ligera y sedosa. Al montar la nata con las varillas lo único que estamos haciendo es introducir aire a la mezcla, así adquiere volumen. Ese aire es retenido por las partículas grasas de la nata formándose un coloide. (Esto me da para una GastroQuímia, así que os emplazo a ella si queréis saber más)

– Durante el tiempo que la tarta esté reposando en la nevera, ten cuidado con lo que tienes dentro. La crema de queso adquiere fácilmente los sabores fuertes, así que evita tener boquerones en vinagre o cosas así.

– Las galletas maría que sean doradas y de calidad, de las ricas de toda la vida. No experimentes con otras galletas terrosas.


– Pon una cucharadita de azúcar glass en un colador y espolvereala por encima de la tarta. Es cómo una lluvia de nieve blanca ¡¡un toque genial!

Siempre me gusta terminar las recetas de dulces diciendo que no somos muy reposteros, es cierto. Por lo que si nosotros hemos podido, tu también puedes aunque nunca te hayas enfrentado a esta elaboración. Así que…¡¡No dejéis de probarla!!

Quien comparte su comida, no pasa solo la vida.






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3 comentarios

  1. Madre mia pues para ser la primera te ha quedado para ponerle un piso a la tarta. La tarta de queso es una de mis favoritas, mi chico suele pedirme la newyork cheesecake en cada cumpleaños y es que no falla nunca.
    Os ha quedado de diez, así que ya sabes a compartir más tartas 😉
    Un besito!!!

  2. se ve bien rica¡¡¡ nos encanta.
    besos crisylaura

  3. Jejejeje… lo de la tarta de queso al aroma de boquerones en vinagre está montando un brainstorming en mi cabeza…
    Genial los consejos muy ilustrativo.
    Para la base se puede partir de palets bretons, que ya llevan mantequilla como para una boda

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