Cocinar pasta fresca es una de esas cosas que me hacen reconciliarme con el mundo en general. Así, sin contemplaciones. El día a día nos consume sin que podamos remediarlo, la inercia de la semana nos arrastra a un caos mas o menos controlable…según que persona y según qué semana. Si embargo, cuando llega el cenit de la semana es cuando nuestra mente empieza a relajarse – aunque eso también depende de la semana, que hay veces que por más que te desenchufes de la rutina no logras conseguirlo- cocinar me evade de todo eso y me hace volver a lo primario.
Cocinar para los demás es algo que engancha sobremanera, y con este tipo de receta se consiguen las dos cosas: evadirte del mundo e incluso de tí mismo; y hacer felices a los que te rodean.
A este raviolo de huevo le tenía el ojo echado desde hace bastante tiempo. La idea de meter una yema de huevo en un raviolo me parecía de lo más atractiva. Imaginaba esa yema chorreante y me hacían los ojos chiribitas 👀
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INGREDIENTES (para 4 personas):
Para la pasta:
– 2 huevos
– harina de trigo (mismo peso que los huevos)
– ¡Truco! Un poco de harina de arroz para trabajar con la masa
Para el raviolo:
– 4 yemas de huevo
– 1 cucharada de mostaza antigua de dijon
– unas alcaparras
– un poco de queso rallado
– aceite de oliva virgen extra
– sal
– perejil picado
ELABORACIÓN:
Comenzaremos haciendo la pasta fresca. Es muy sencilla de hacer, solo tienes que seguir estos sencillos pasos.
Pondremos la harina en una superficie limpia y plana. La dispondremos en forma de volcán en cuyo centro pondremos 2 huevos, los batiremos con ayuda de un tenedor hasta que estén bien batido. Poco a poco iremos añadiendo harina a los huevos a la misma vez que seguimos batiendo de forma que vayamos integrando todos los ingredientes hasta formar una masa compacta y firme.
Una vez hecha la masa le daremos forma de bola y la dejaremos reposar unos 20 minutos aproximadamente. Transcurrido este tiempo la volveremos a poner sobre una superficie limpia y plana y la estiraremos con un rodillo de madera.
Tendremos que aplanar la masa, debe quedar como una masa fina casi del grosor de una galleta.
Tendremos que aplanar la masa, debe quedar como una masa fina casi del grosor de una galleta.
Ya estirada la cortaremos en láminas del mismo ancho aproximadamente que tenga la máquina de hacer pasta que vayas a utilizar.
Te recomiendo que trabajes la masa con harina de arroz, de esa forma es mucho más fácil trabajarla y no nos añade nada de sabor al plato final.
Una vez cortadas estas láminas las vamos a pasar por la máquina de forma que poco a poco vayamos estirando la masa hasta que quede fina y elástica. Este tipo de máquinas suele tener 5 posiciones para hacer esta operación.
El procedimiento que nosotros utilizamos es pasar las láminas de pasta por cada unos de las posiciones de los rodillos; siendo el 5 el más grueso y el 1 el más frágil y delicado.
Una vez hecha la pasta prepararemos el relleno. Para ello pondremos en un plato hondo el queso rallado, la mostaza y las alcaparras. Lo mezclaremos todo bien hasta conseguir una mezcla homogénea.
Tendremos cortados unos círculos de pasta donde pondremos una cucharada de relleno y la yema de huevo encima. EL siguiente paso es algo delicado, pero hecho con cariño el éxito es casi seguro.
Cerraremos el ravioli con otro circulo de pasta. Sellaremos bien las dos capas de pasta de forma que la yema quede bien ajustada.
Debe quedar como ves en la imagen inferior. La yema bien embutida entre las capas de pasta y el exterior bien sellado para que no se abra durante la cocción.
Como te comentaba antes, no olvides trabajar la pasta con harina de arroz.
Para finalizar con la pasta ya solo quedara cocerla en abundante agua con sal. Es importante que el agua no llegue a hervir, así evitaremos que la pasta se rompa.
Ya solo quedará saltear los raviolos con aceite de oliva y un poco de sal. Para terminar lo presentaremos con un poco de aceite de oliva y perejil picado. El resultado debe ser así de sorprendente, que cuando rompas el raviolo la yema se desparrame por el plato aportando jugosidad y sabor al plato.
Disfruta de los pequeños momentos y reconciliate contigo mismo haciendo platos de este tipo. Disfruta de tus manos amasando la pasta, siente como la pasta se va aplanando y satisface tu apetito con platos como este. Así que…¡¡No dejéis de probarla!!
Quien comparte su comida, no pasa solo la vida
Me gusta una pasta fresca y aqui me encanta como queda estos raviolos con el huevo. Besos