La ensalada de pasta con rúcula es opción perfecta para disfrutar de un plato saludable, donde la sencillez se convierte en un plato sofisticado. Este plato, donde la pasta fría se ha convertido en una solución deliciosa para los días calurosos debe convertirse en un must en tu cocina.
La rúcula, con su sabor ligeramente picante y terroso, ha sido cultivada desde la antigüedad en las regiones del Mediterráneo, y hoy en día es un ingrediente estrella en muchas cocinas contemporáneas.
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La rúcula (también conocida como arúgula o rúgula) es una verdura de hoja verde perteneciente a la familia de las brasicáceas, como el brócoli y la col rizada. Existen varias especies, siendo la más común Eruca vesicaria. Su sabor es ligeramente picante y amargo, lo que la hace ideal para ensaladas y platos frescos.
Os explico cómo hacer ensalada de pasta con rúcula y su receta paso a paso para que no tengáis problemas en la elaboración.
Guarda esta receta en la pantalla de inicio de tu móvil para un acceso rápido. En la sección de ingredientes, selecciona los que necesitas para simplificar la compra. Además, ajusta el número de porciones deseadas y las cantidades de los ingredientes se calcularán automáticamente.
La ensalada fresca de pasta con rúcula es una opción deliciosa y saludable que combina ingredientes mediterráneos. Su preparación es sencilla y rápida, ideal para quienes buscan un plato refrescante y lleno de sabor. Perfecta como plato principal o acompañamiento, esta ensalada se puede disfrutar fría o templada y es ideal para llevar a picnics, comidas al aire libre o como parte de un menú equilibrado. La rúcula aporta un toque picante que contrasta maravillosamente con la suavidad de la pasta.
Lleva a ebullición una olla grande con agua y sal. Añade la pasta fusilli tricolor y cocina según las instrucciones del paquete, hasta que esté al dente. Una vez lista, escúrrela y pásala por agua fría para detener la cocción y enfriarla rápidamente. Reserva en un bol grande.
Mientras la pasta se enfría, lava bien la rúcula y sécala con papel de cocina. Corta los tomates cherry por la mitad, los rábanos en rodajas finas y la cebolla morada en juliana. Si prefieres un sabor más suave, puedes dejar la cebolla en remojo con agua y unas gotas de vinagre durante 10 minutos antes de añadirla.
En el bol con la pasta ya fría, incorpora la rúcula, los tomates cherry, los rábanos y la cebolla. Mezcla con cuidado para que los ingredientes se distribuyan de forma uniforme sin romperse.
En un recipiente pequeño, mezcla el aceite de oliva virgen extra con el vinagre y la sal, al gusto. Bate ligeramente con un tenedor hasta que el aliño emulsione.
Vierte el aliño sobre la ensalada y mezcla suavemente. Deja reposar en la nevera durante unos 20 minutos para que los sabores se integren y la ensalada esté bien fresca al momento de servir.
Vierte el aliño sobre la ensalada y mezcla suavemente. Deja reposar en la nevera durante unos 20 minutos para que los sabores se integren y la ensalada esté bien fresca al momento de servir.