Una vez limpio, lo sumergiremos en una mezcla emulsionada de aceite de oliva, salsa de soja y vinagre de arroz. No es totalmente necesario que quede cubierto, si fuera el caso, le iremos dando vueltas para igualar los tiempos de macerado en ambas caras del solomillo. Cómo mínimo lo dejaremos 30 minutos.
Una vez transcurrido este tiempo, pondremos una plancha a calentar y cuando esté humeante pondremos el solomillo para marcarlo por fuera. Lo asaremos ligeramente por todos lados dándole las vueltas necesarias. El tiempo dependerá del grosor del solomillo. El nuestro era bastante grueso y estuvo en la plancha unos 7 minutos aproximadamente. Una vez asado lo dejaremos reposar.
Seguidamente lo coceremos en una olla amplia. La cantidad de agua variará mucho dependiendo del tipo de arroz, del almidón que hayas conseguido eliminar y de la dureza del agua. Asi que en vez de recomendarte una cantidad de agua, te recomendamos que pongas el arroz en una olla amplia de forma que quede una capa uniforme de arroz en el fondo. Y que lo cubras con agua hasta que sobrepases al arroz unos dos dedos aproximadamente.
Para finalizar, presentaremos finas lonchas de solomillo sobre el arroz aun caliente. Podremos añadir en el último momento sal en escamas por encima.
El resultado es bastante gratificante, nunca habíamos probado una carne de cerdo tan poco cocinada y debemos confesar que está realmente buena. El toque de la soja potencia los sabores del solomillo y la salsa de ostras con el picante juegan un papel muy importante en el equilibrio de sabores. Así que…¡¡No dejéis de probarlo!!