No tengo la menor idea de hacer pan.
Rectifico: No tengo la menor idea de hacer buen pan.

Porque, queridos panarras, todos hemos intentado hacer pan en casa y aunque nos agrade el resultado solemos pensar…

-¿Podría estar mejor? 
– ¿Lo estoy haciendo bien?
 – ¿Está lo suficientemente bueno como para compensar el trabajo?

No me podrás negar que estas preguntas han asaltado tu cabeza cuando has intentado hacer pan en casa. 

Por no hablar de los fracasos provocados por recetas explicadas a medias tintas y con ingredientes incompletos. Todavía recuerdo unos panecillos de ajo que hice (o intenté hacer) hace algunos años…

Sin levado, con levadura para bizcochos, harina de repostería y  leche infusionada en ajo. Todo un despropósito que hizo que perdiera toda una tarde de sábado.

Tardé algún tiempo en volver a hornear pan, sinceramente no recuerdo el motivo por el que lo volví a hacer, pero lo hice.

En esos inicios mi concepto de hacer pan había cambiado, ya no me fiaba de todas las recetas que se cruzaban en mi camino. El fracaso con el pan de ajo me había abierto los ojos:  Hacer pan es fácil pero hacer buen pan, NO.

Soy panarra en la intimidad.

Si, en la intimidad. Hago pan pero solo para mi. Siento que no tengo la capacidad suficiente para hablar de cómo hacer un buen pan. Hago pan para mi y los míos, intento mejorar en busca de la receta perfecta, pero no lo comparto en el blog. Alguna mención en las redes sociales pero nada más allá de imágenes del resultado.

Por éste y otros motivos he decido saltar a la arena y contar mis inquietudes a la hora de hacer pan. 

Una horda de panarras me siguen en esta aventura y están dispuestos ayudarme en esta búsqueda del pan perfecto.

Todos los meses hornearemos un pan determinado en función de las inquietudes que tengamos. Empezaremos por recetas sencillas aumentando la dificultad a medida que vayamos tomando práctica.

¿Te unes a nosotros?

Las propuestas mensuales se harán a través de mi perfil de Instagram @Zafranelas

Uniendo nuestra experiencia conseguiremos EPP (el pan perfecto), compartiremos nuestros éxitos y nuestros fracasos.






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