Cuando pensamos en platos marineros, solemos imaginar arroces caldosos o guisos de pescado. Pero hay una joya que, con su sabor y su aspecto llamativo, se ha ido ganando un lugar en nuestras cocinas familiares: la fideuá de chocos con su tinta. Un plato lleno de tradición, perfecto para disfrutar en casa con los nuestros.
Este plato tiene un intenso sabor a mar, gracias a la variedad de mariscos y pescados que suelen ser el ingrediente principal de este plato tan marinero. Por ello vengo a ofrecerte más opciones para cocinar este plato con resultado brutales.
La fideuá es un plato muy hermanado con la paella, aunque aquí el arroz cede el protagonismo a los fideos. En esta versión, el choco –también conocido como sepia– aporta toda la intensidad del mar, y su tinta tiñe los fideos con un color negro elegante y un sabor que no se olvida.
Lo mejor de este plato es que su preparación no requiere técnicas complicadas ni ingredientes exóticos. Bastan unos fideos gruesos, choco fresco, cebolla, ajo, tomate y, por supuesto, un buen caldo de pescado. La tinta del choco es el toque maestro que transforma el plato en algo único.
Es un plato ideal para compartir un domingo en casa, acompañado de una ensalada fresca y un buen pan para aprovechar hasta la última gota del sabor. Y si le añadimos un poco de alioli, el festín está asegurado.
Cada familia tiene su versión de la fideuá, con sus trucos y secretos. Algunos prefieren añadir gambas o almejas para enriquecer el sabor, otros lo preparan con un toque de pimentón o azafrán. Pero lo que nunca cambia es su esencia: un plato sencillo, lleno de cariño, que nos transporta al mar con cada cucharada.
Os explico como hacer fideuá de chocos en su tinta y su receta paso a paso para que no tengáis problemas en la elaboración.
Guarda esta receta en la pantalla de inicio de tu móvil para un acceso rápido. En la sección de ingredientes, selecciona los que necesitas para simplificar la compra. Además, ajusta el número de porciones deseadas y las cantidades de los ingredientes se calcularán automáticamente.
Empieza por limpiar bien el choco y cortarlo en trozos medianos. Pica la cebolla, los ajos y el tomate en pequeños trozos. Corta el pimiento en dados pequeños para integrarlo bien en el sofrito. Saca la tinta del congelador y deja que se descongele a temperatura ambiente, yo he usado esos sobrecitos de tinta que venden el los supermercados. Nunca me faltan algunos sobres en el congelador.
En una olla amplia, calienta un chorro generoso de aceite de oliva virgen extra. Añade la cebolla y el ajo picado y sofríe hasta que estén dorados. Luego incorpora el tomate picado y el pimiento verde, y cocina hasta que el tomate se deshaga y los ingredientes se integren bien.
Añade los trozos de choco al sofrito y deja que se cocinen hasta que suelten sus jugos. Luego, vierte el vino blanco y remueve bien, permitiendo que el alcohol se evapore y que el choco absorba los sabores del sofrito.
Disuelve la tinta en un poco de caldo de pescado caliente para asegurarte de que se mezcle bien. Agrega esta mezcla a la olla junto con el resto del caldo y lleva a ebullición.
Cuando el caldo esté hirviendo, añade los fideos gruesos y remueve para que se impregnen de los sabores. Cocina a fuego medio durante 10-12 minutos, removiendo ocasionalmente para evitar que se peguen. Si notas que el caldo se reduce demasiado rápido, puedes agregar un poco más de caldo caliente. Añade los langostinos pelados unos 5 minutos antes de que acabe la cocción.
Cuando los fideos estén en su punto, apaga el fuego y deja reposar la fideuá durante 5 minutos para que los sabores se asienten. Sirve el plato con pan para disfrutar hasta la última gota de sabor, y si te apetece, una buena cucharada de alioli casero siempre es un acierto en este tipo de platos.