Iniciamos la recta con una primera masa de arranque, para ello pondremos la leche indicada para esta masa en un vaso y le daremos un golpe de calor en el microondas. Una vez templada la leche le añadiremos la levadura y dejaremos que se de deshaga lentamente, removeremos con una cucharilla para ayudar a disolverla.
En un recipiente amplio pondremos la harina de fuerza y el azúcar, le añadiremos la leche con la levadura disuelta y mezclaremos, veremos que obtenemos una masa muy seca y aparentemente difícil de integrar, no tengáis la tentación de añadir más leche … seguid amasando enérgicamente hasta que podáis formar una bola compacta y firme con todos los ingredientes. Yo suelo hacer todo el amasado en el mismo recipiente para tener todos los ingredientes recogidos en el recipiente.
Para hacer la masa principal tamizaremos la harina en un recipiente amplio con la ayuda de un colador, le añadiremos los huevos, la mantequilla, el agua de azahar, la pizca de sal, las ralladuras cítricas (limón y naranja) y la levadura fresca disuelta en la leche -bajo el mismo procedimiento anterior-. Lo mezclaremos todo de manera enérgica, si tenéis una batidora con ganchos de amasar os vendrá genial para facilitar el trabajo, sino, pues lo mezcláis todos con las manos. A mitad del proceso añadimos la masa de arranque anterior.
Una vez mezclado todo lo pasamos a la mesa de trabajo y terminamos de integrar los ingredientes. Para que no se nos pegue la masa a las manos, nos pondremos aceite en las manos y sobre la mesa, deberemos amasar al menos unos 15 minutos, de forma pausada pero constante hasta que la masa quede elástica. Ahora lo que necesita esta masa es fermentar para que se acentúen los sabores y duplique su volumen, como mínimo 6 horas en un lugar cálido de la cocina, dentro del recipiente tapado con papel transparente de cocina.
Como estas 6 horas no me cuadraban bien y no me apetecía hornear los roscones a las 2 de la madrugada, repartí los tiempos de la siguiente forma:
Volviendo a la receta, transcurridas las horas de este primer proceso de fermentación, pondremos la masa sobre la encimera y la dividiremos en dos bolas para hacer dos roscones medianos. También puedes hacer un roscón más grande, pero siempre es más fácil hornear de forma uniforme piezas de tamaño medio, por eso yo prefiero hacer dos roscones medianos.
Una vez que tengamos la masa dividida en dos bolas le daremos forma de roscón a ambas. Para ello introduciremos los dedos en el centro de las bolas hasta hacer un agujero central, lo iremos agrandando cuidadosamente. si vemos que la masa tiene mucha tendencia a volver a su estado original cerrándose el agujero la dejaremos reposar 5 minutos para que la masa se relaje. Durante este proceso de formado dejaremos el tiempo que sea necesario para que la masa se vaya relajando.
No obstante, una vez formados los roscones podemos contener el agujero central con ayuda de un aro de emplatar. Así nos aseguramos de que durante el segundo fermentado y el horneado éstos no se van a cerrar.
Llegados a este punto debemos dejar reposar otra vez la masa hasta que duplique su volumen, este tiempo de levado es más corto unas 3 horas aproximadamente. Pondremos ya el roscón sobre papel de hornear en la bandeja de horno y lo volveremos a tapar con papel transparente de cocina ligeramente aceitado para que no se nos pegue la masa durante la fermentación.
Transcurridas estas 3 ultimas horas de fermentación, ya solo quedará pintar el roscón con huevo batido, poner encima el azúcar humedecida con agua y las pepitas de chocolate.
Lo introduciremos en el horno precalentado a 200ºC con calor arriba y abajo. Hornearemos a 200ºC los primeros 10 minutos y unos 5 minutos más a 180ºC. Un total de 15 a 18 minutos de horneado total, dependiendo de tu horno.
Una vez horneado, los dejamos enfriar antes de rellenarlos. En este caso hemos optado por una relleno clásico de crema pastelera. Yo suelo hacerla varias horas antes de rellenar el pastel para que esté bien fría.
Cuando los roscones se hayan enfriado los abriremos por la mitad con ayuda de un cuchillo largo de sierra y los rellenaremos de la crema de chocolate con ayuda de una manga de repostería y una boquilla con punta de estrella.
Resulta un roscón dorado, esponjoso y con un toque de agua de azahar característico. Si sigues al pie de la letra nuestras indicaciones no vas a tener problemas a la hora de hacer la receta, solo tienes que tener muchas ganas de hacerlo y saber controlar los tiempos. No te olvides de respetar las cantidades y si te surge alguna duda no dudes en consultarme dejando un comentario.