Hay preparaciones que, sin grandes artificios, logran transmitir cercanía, tradición y sabor. El bizcocho de naranja con su piel es una de ellas: una receta sencilla, profundamente aromática, que evoca recuerdos de infancia, meriendas familiares y tardes tranquilas acompañadas de café. Elaborado con una naranja entera —incluida la piel— este bizcocho de naranja destaca por su sabor intenso, con notas cítricas ligeramente amargas que equilibran a la perfección su dulzor.

Su origen está ligado a la cocina casera de muchas regiones españolas, especialmente en Andalucía, donde se prepara con frecuencia cuando hay fruta madura y tiempo para encender el horno. No requiere utensilios sofisticados ni conocimientos avanzados de repostería: basta con seguir unos pasos básicos y dejarse guiar por el aroma que invade la cocina mientras se hornea.

Este bizcocho gusta por su textura jugosa, su perfil fresco y su versatilidad. Es ideal para acompañar desayunos, meriendas o como detalle casero en cualquier ocasión. Y lo mejor: se prepara en pocos minutos, con ingredientes accesibles y un resultado que sorprende por su calidad y sabor. Si tienes una naranja en casa, esta receta es una excelente forma de aprovecharla y disfrutar de un clásico que nunca pasa de moda.
Otras recetas de bizcocho
El bizcocho de queso y yogurt es una versión cremosa del clásico bizcocho de yogur, elaborado con la famosa regla del vasito. Añade queso tipo crema para lograr una textura más suave y un sabor delicado. Es ideal para desayunos o meriendas, y su preparación es tan sencilla como reconfortante.
Por otro lado, el bizcocho de pera apuesta por la jugosidad natural de la fruta. La pera se integra perfectamente en la masa, aportando dulzor y humedad sin necesidad de mantequilla. Es una opción saludable y llena de matices, perfecta para quienes buscan un postre equilibrado y con historia
Finalmente, el bizcocho de boniato introduce un ingrediente menos habitual en repostería, pero muy interesante: el boniato aporta dulzor, humedad y un color cálido que transforma esta receta en una propuesta otoñal perfecta, con un perfil aromático que recuerda a los postres tradicionales.

Bizcocho de naranja
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El bizcocho más jugoso del mundo con una sola naranja
Ingredientes para hacer bizcocho de naranja
Cómo hacer bizcocho de naranja
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Lava cuidadosamente una naranja entera, ya que se utilizará con piel. Si tiene pepitas, retíralas. Córtala en trozos grandes y colócala en el vaso de la batidora o licuadora. Te recomiendo que uses naranja de zumo, de las que tiene poca piel blanca.
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Añade al vaso 1 taza de azúcar, una pizca de sal, 3 huevos y 1 taza de aceite (preferiblemente de oliva virgen extra). Tritura todo hasta obtener una mezcla homogénea, sin trozos visibles de naranja. El resultado será una crema espesa y aromática.
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En un bol aparte, tamiza 2 tazas de harina junto con un sobre de levadura química (aproximadamente 16 g). Este paso es clave para lograr una textura esponjosa y evitar grumos.
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Incorpora poco a poco los ingredientes secos a la mezcla líquida, utilizando una espátula o varillas manuales. Mezcla con movimientos envolventes, sin batir en exceso, hasta que la masa esté uniforme.
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Engrasa un molde con mantequilla o aceite y espolvorea ligeramente con harina para evitar que el bizcocho se adhiera. Vierte la mezcla en el molde y alisa la superficie.
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Introduce el molde en el horno precalentado a 180 °C (calor arriba y abajo) durante aproximadamente 30 minutos. No abras el horno antes de los 20 minutos. Para comprobar la cocción, inserta un palillo: si sale limpio, el bizcocho está listo.
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Retira el bizcocho del horno y deja enfriar durante 15 minutos antes de desmoldar. Luego, colócalo sobre una rejilla para que se enfríe completamente. Puedes espolvorear azúcar glas por encima o servirlo tal cual. Su sabor y aroma lo hacen destacar sin necesidad de añadidos.