La elaboración es muy simple. Comenzaremos troceando el hígado en trozos del tamaño deseado. Nosotros lo hemos cortado en trozos más o menos pequeños, prácticamente para comer de un bocado, aunque puedes cortarlo un poquito más grande. Lo que si te aconsejo es que no sean trozos demasiado grandes para asegurar que el interior quede bien cocinado, cuanto más grande sea el trozo más tiempo tardará en freír y corres el riesgo de que quede poco hecho por dentro.
Una vez cortado el hígado en trozos los pasaremos por harina y el pan rallado, mezclados a partes iguales. Los freiremos en abundante aceite de oliva virgen extra bien caliente. Unos minutos serán suficientes, cuando empiecen a dorarse los retiraremos sobre papel absorbente de cocina para eliminar el exceso de aceite y le echaremos un poco de sal por encima.
Los acompañaremos con unas hojas de cebollino para aportar frescura al aperitivo. Sin duda esta es una receta de producto donde el hígado de rape cobra todo el protagonismo.