Hoy quiero hablarte de algo que seguro has visto en el súper, pero quizás no te has parado a mirar con calma: ese pequeño recuadro de colores y letras que aparece en algunos envases. Se llama escala Nutri-Score, y está revolucionando la forma en que entendemos lo que comemos. Pero no te preocupes, que aquí lo vamos a desvelar sin tecnicismos.
¿Qué es la escala Nutri-Score?
Imagina que cada alimento tuviera una especie de semáforo nutricional. Eso es, en esencia, el Nutri-Score: una escala que va de la letra A encuadrada en un verde oscuro para identificar los alimentos más saludables, hasta la E identificada con el color rojo resaltando los alimentos menos recomendables. Esta clasificación se basa en un estudio que valora aspectos como:
- Cantidad de calorías
- Grasas saturadas
- Azúcares
- Sal
- Fibra
- Proteínas
- Presencia de frutas, verduras, legumbres y frutos secos
Es decir, no se trata de demonizar alimentos, sino de dar información clara y rápida para que podamos elegir con más conciencia.
¿Por qué está ganando terreno la escala Nutri-Score?
Porque vivimos en un mundo acelerado, donde muchas veces no tenemos tiempo de leer etiquetas larguísimas ni entender términos complejos. El Nutri-Score simplifica. Nos da una pista visual inmediata. Y eso, para quienes queremos cuidar nuestra alimentación sin obsesionarnos, es un regalo.
Además, cada vez más marcas lo están adoptando, y algunos países europeos —como Francia y Alemania— lo promueven activamente. En España, aunque aún no es obligatorio, ya lo vemos en yogures, cereales o galletas, por lo que poco a poco se va extendiendo.
¿Y cómo lo aplicamos en casa?
Aquí viene lo importante: La escala Nutri-Score no está para juzgarte, sino para ayudarte. No significa que todo lo que tenga una D o una E sea “prohibido”. Significa que, si vas a elegir entre dos productos similares, puedes optar por el que tenga mejor puntuación.
Por ejemplo, si estás buscando cereales para el desayuno, y uno tiene una B y otro una D, ya sabes cuál te aporta más beneficios. Pero si ese producto con D es el que te recuerda a tu infancia y lo tomas de vez en cuando… ¡también está bien! La clave está en el equilibrio.

¿Y qué pasa con nuestras recetas caseras?
Aquí es donde entra la magia de lo hecho en casa. Aunque el Nutri-Score se aplica a productos envasados, podemos usar su lógica para repensar nuestras recetas. ¿Podemos reducir la sal? ¿Añadir más legumbres o verduras? ¿Sustituir una grasa por otra más saludable?
No se trata de cambiar nuestras tradiciones, sino de darles un giro consciente. Como cuando adaptamos el potaje de judías negras para que sea más ligero, o cuando convertimos unas zanahorias encominadas en una guarnición más equilibrada.
El Nutri-Score no viene a decirnos qué comer, sino a acompañarnos en el camino. Como una amiga que te susurra al oído: “Este te puede sentar mejor”. Y tú decides.
Así que la próxima vez que lo veas en el súper, míralo con curiosidad. Y si tienes dudas, aquí estoy para charlar contigo. Porque comer bien no es una meta, es un viaje. Y en ese viaje, cada elección cuenta.
Y tu, ¿Conoces esta escala nutricional? Déjame un comentario y hablamos.