La expresión comemos con la vista se refiere a la idea de que nuestra percepción visual del plato influye en la experiencia gastronómica. De sobra es sabido que ante diferentes elaboraciones, en la mayoría de las ocasiones prima el impacto visual; posteriormente entraríamos en valoraciones olfativas o de elección de ingredientes. Un claro ejemplo de ello son estos huevos encurtidos donde el color es el principal protagonista: Un púrpura intenso que se consigue con un ingrediente que todos conocemos.
La primera impresión cuenta porque nuestra mente rápidamente empieza a anticipar el sabor y la textura de los platos. La presentación, los colores y la disposición de los alimentos influyen en cómo los percibimos. Como ves en las imágenes, en esta receta el resultado son unos huevos púrpuras llamativos, vistosos y con un punto histriónico que me encanta.
Más recetas con huevo que te recomiendo probar
El huevo es un ingrediente fundamental que se presta a una variedad de recetas variadas. La mejor forma de cocinar huevos depende de tus preferencias personales y del resultado que desees, así que te dejo a continuación algunas opciones donde el huevo juega un papel fundamental:
- Huevos a la florentina, unos huevos como Dios manda
- Ensalada de quinoa y como escalfar huevos
- Risotto de guisantes, un plato con extra de cremosidad
- Huevos haminados en crockpot. Éxito asegurado
- Champiñones con huevo a la sartén
- Patatas aliñadas
El Impacto del Color de los Platos ¿Por qué el color importa?
“La comida entra por los ojos”, una expresión que resume la influencia del color en nuestra percepción de los alimentos. Aunque otros factores como el entorno, la compañía y la vajilla también influyen, los colores desempeñan un papel crucial. Estos huevos encurtidos son claro ejemplo.
Como te decía, el color de los alimentos no solo es estético, también juega un papel crucial en la forma en que percibimos los alimentos y cómo nos sentimos al comerlos. Los colores pueden influir en nuestras preferencias alimentarias, nuestras expectativas de sabor y nuestra satisfacción general con una comida. Pero entremos en materia y veamos los diferentes roles que desempeñan los colores en la comida.
Factores que influyen: Apetito y evaluación de la comida
Uno de los principales roles es la de satisfacer nuestro apetito y la evaluación del estado de la comida. Normalmente y de una forma inconsciente buscamos colores llamativos y apetitosos en nuestros alimentos y es que los colores pueden decirnos mucho sobre un ingrediente. Aunque esto puede variar culturalmente, tendemos a asociar colores con ideas y significados que enriquecen nuestra experiencia.
Un claro ejemplo es la combinación de rojo y amarillo, estos colores evocan energía y nos incitan a comer. El color rojo es pasión, fuerza y energía por lo que nos estimula los sentidos y nos lleva de la mano al disfrute. El amarillo significa calidez y en el ámbito culinario no transmite la confianza de que algo sabroso se esconde tras el ingrediente.
Ni que decir tiene que el color verde en los alimentos nos evoca frescura, vitalidad y naturaleza. Asociamos este color con la salud y el bienestar debido a que lo identificamos con alto contenido nutricional.
El color es indicativo de la calidad alimentaria: Azul añil
Cuando se trata de comida, nuestros sentidos están en alerta máxima. No solo saboreamos y olemos los alimentos, sino que también los vemos. Sin poder evitarlo, cuando vamos a comer se nos activa de forma inconsciente un mecanismo de supervivencia muy curioso y basado en la percepción de los alimentos a consumir.
Puedes pensar que es una locura hacer esta afirmación desde el lugar seguro en el que la sociedad nos tiene envueltos, pero a mi me gusta creer que la esencia de lo primario sigue habitando en nuestro fuero interno. Donde todos somos realmente iguales, donde lo básico prima ante todo. Según este premisa, son tres colores los que nos hacen ponernos en guardia: Azul, Gris y Negro.
El color azul no es muy común encontrarlo en la naturaleza en general, existen animales y plantas con este color pero no solemos encontrar alimentos naturalmente azules. Nos recuerda la toxicidad o la descomposición. Por lo tanto, puede generar rechazo.
Si investigas sobre el color azul en la comida vas a encontrar algunos ejemplos donde el azul lo llevan en el nombre. Un ejemplo claro es el queso azul porque personalmente no lo veo nada azul.
Sin embargo, me quedo con un ingrediente que realmente me resulta cuanto menos llamativo y exótico. El Lactarius indigo es una especie de hongo comestible de la familia Russulaceae. Su cuerpo fructífero presenta colores que van desde el azul oscuro en especímenes frescos al gris azulado pálido en los más viejos. Su género Lactarius le hace emanar leche cuando el tejido de la seta es cortado, una leche azul añil intenso que lo hace más atractivo si cabe.
Otros colores que evocan rechazo en la comida
Independientemente del color azul, el gris lo asociamos con la falta de frescura y calidad. Si vemos manchas grises en alimentos frescos, es probable que los descartemos. Por último, el color negro que aunque algunos alimentos nos resulta atractivo como las aceitunas, en otros contextos, como la carne o los productos lácteos, puede parecer poco apetitoso.
Huevos encurtidos
Os explico cómo hacer huevos encurtidos y su receta paso a paso para que no tengáis problemas en la elaboración. El éxito está garantizado.
Guarda esta receta en la página de inicio de tu teléfono móvil. En la sección de ingredientes tienes la opción de ir seleccionando y tachando todos los ingredientes, así es mucho más fácil hacer la compra. Además, puedes elegir el número de porciones (raciones) que necesitas para que las cantidades de ingredientes se calculen en base a tus necesidades; así te digo exactamente cuanto necesitas para más o menos personas.
Huevos encurtidos púrpura, o como sorprender por su color
Ingredientes para hacer Huevos encurtidos púrpuras
Cómo hacer Huevos encurtidos púrpuras
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Comenzaremos la receta cociendo los huevos. Este asunto puede parecer una ciencia incierta, y según mi experiencia, no puede ser una afirmación más acertada.
En esto de cocer huevos soy muy free style, quiero decir que me pongo a cocer huevos y se me activa un mecanismo autómata que lleva a cabo la labor. Teóricamente considero que unos 15 minutos (o algo así) son suficientes partiendo de agua fría. A fuego medio al principio y un poco de más potencia cuando empieza a hervir. ¿Es esto realmente una regla precisa? Pues no. A mi a veces me sale bien y puedo pelar los huevos de una forma fácil, y otras veces se me queda la cáscara pegada que no hay martillo percutor que la quite. Aunque en eso influye la frescura de los huevos -y que a veces se me olvidan en la olla y pierdo la noción del tiempo-.
Cómo iba diciendo, cuece los huevos como buenamente puedas. Debes pelarlos con cuidado para que queden perfectos, recuerda que la imagen de este plato es un punto importante.
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El siguiente paso va a ser preparar el medio encurtidor de este plato. Para ello vamos a poner en una olla el vinagre y las especias. La lista que os he indicado en los ingredientes es totalmente aleatoria y basada en mis gustos personales, pero puedes cambiarlas por la que prefieras.
Las semillas de mostaza son un must en mi despensa. Y las de cilantro van de la mano. Y si hablamos de pimienta, en esta ocasión añadí bayas de pimienta negra aunque tuve la tentación de poner la de Jamaica, tienen ese puntito canalla que me encanta, pero preferí no pasarme de exótica.
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Como os decía, pondremos los vinagres al fuego con las especias, el azúcar y la sal; y lo llevaremos a ebullición. Cuando empiece a hervir lo dejaremos unos 10 minutos a fuego suave. Mientras cortaremos las remolachas en trozos medianos y la cebolla morada en gajos de tamaño medio.
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Retiraremos la olla del fuego y añadiremos la remolacha y la cebolla morada. Dejaremos que se enfríe, tiempo durante el que se terminaran de infusionar todos los ingredientes.
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Para finalizar, pondremos los huevos en un bote de cristal y añadiremos toda la mezcla anterior.
Taparemos el bote y una vez frio lo meteremos en la nevera durante unas 48 horas aproximadamente. Los huevos tienden a flotar, por lo que te recomiendo que vayas moviendo el bote de vez en cuando para que se vayan encurtiendo todos los huevos por igual.
En aproximadamente 48 horas los huevos habrán tornado su color y tendrán un sabor realmente delicioso. No obstante, se conservan bien en este medio por lo que puedes mantenerlos sumergidos durante más tiempo.